La Vacunación y la Antropología; relaciones


SOBRE LA VACUNACIÓN
Y LA ANTROPOLOGÍA

Jonas Salk en 1955 sosteniendo dos botellas de cultivo usadas para desarrollar la vacuna contra la polio. Fuente: Wikipedia. 



Contexto:

A pesar de que la vacunación es mundialmente reconocida por autoridades sanitarias y la comunidad médica como una importante intervención preventiva, con un impacto en la reducción de la morbimortalidad de enfermedades inmunoprevenibles (como, por ejemplo, en la erradicación de la viruela y en la significativa reducción de los casos de poliomielitis en el mundo), las dudas de vacunar o no y la resistencia a las vacunas entre personas de renta y escolaridad alta se ha convertido en una cuestión relevante para la salud pública en varios países.

La erosión de la confianza pública en las instituciones involucradas en la vacunación afecta también a la ciencia, debido a la preocupación por la posible interferencia o manipulación de intereses comerciales en la misma, lo que compromete la posibilidad de suscitar políticas públicas sólidamente fundamentadas a partir de debates con la población.
Frente a estas cuestiones, la comprensión de las diferentes culturas de percepción de riesgo y las motivaciones de los padres para vacunar o no sus hijos son fundamentales para enfrentarse al desafío de la prevención en el que se encuentra la salud colectiva.


                             Edward Jenner, creador de la primera vacuna contra la viruela
                                                


Ejemplo y reflexión:

Comprender cómo los padres y madres, pertenecientes a las clases medias de São Paulo, conciben la normativa de la vacunación en el país, a partir de sus vivencias vacunando, o eligiendo no vacunar a sus hijos. Se debería dar una
especial atención a la dimensión simbólica, a los sentidos y significados acerca de la normativa de la vacunación de Brasil en particular, (nuestro ejemplo) y en el resto del mundo, y cómo estos tienen sentido en la práctica y motivan determinados patrones de orientación para determinadas acciones. En este caso se realizó un estudio por parte de la Universidad de Sao Paulo. Los resultados del estudio muestran, desde una perspectiva comparativa, las diferentes concepciones sobre las normas entre los padres que vacunan, y quienes eligen no vacunar a sus hijos.

En fin:
Para unos la práctica de la vacunación se inserta en la “cultura de la vacunación” ya asimilada, y no cuestionada, asumiendo una configuración moral respecto a la misma, y dejando en un segundo plano la percepción del cumplimiento de la ley. En el caso de los padres que eligen vacunar, la no vacunación se percibe como una acción desviante de la ley, igualmente con una connotación moral. No se percibe, no obstante, como una posible infracción de la ley, sino como una variación de comportamiento dentro de la norma cultural de vacunación. Entre los padres no-vacunadores, llama la atención la percepción de ilegitimidad que asumen para su modo de vida, en lo referente al calendario de vacunación recomendado. La prerrogativa de la autonomía de los padres y libertad individual en el cuidado de los hijos aparece como un valor moral que se sobrepone a las normas, a pesar del recelo de las imposiciones legales.

En su discusión sobre el conflicto entre la libertad individual y la perspectiva de la salud pública, los autores son, sin embargo, cuidadosos en la búsqueda de un equilibrio entre estos dos polos, con flexibilidad para los casos en los que la no-vacunación no represente riesgos relevantes para la salud pública. Se trata de una cuestión compleja y que sitúa en la salud pública mundial el desafío de comprender los contextos y factores que contribuyen a la vacilación, entre la no-vacunación, e incluso deslegitimización de instituciones y vacunas, y al mismo tiempo pensar en nuevas formas de comunicación y debate con la población, con el objetivo de elaborar y fortalecer políticas públicas sólidamente fundamentadas.

Fuentes:

Jorge Alberto Bernstein Iriart, del libro Autonomía individual vs. protección colectiva: la no vacunación infantil entre las capas de mayor renta/escolaridad como desafío para la salud pública.

Desde que la vacunación empezó a practicarse a finales del siglo XVIII, sus oponentes han mantenido que las vacunas no funcionan, que son o pueden ser peligrosas, que en su lugar debería hacerse énfasis en la higiene personal, o que las vacunaciones obligatorias violan derechos individuales o principios religiosos. Desde entonces, campañas contra la vacunación han dado como resultado daños innecesarios y muertes en masa.En 2019, la OMS catalogó a estos grupos de radicales anti-vacunas como una de las principales amenazas a la salud mundial.

Ejemplos:

Religión: La vacunación ha encontrado oposición por motivos religiosos ya desde que se introdujo, incluso cuando la vacunación no es obligatoria. Algunos opositores cristianos argumentaban, cuando la vacunación empezaba a usarse ampliamente, que si Dios había decidido que alguien debía morir de viruela, sería un pecado impedir la voluntad de Dios mediante la vacunación.

Libertad individual: Las políticas de vacunación obligatoria han provocado en varias ocasiones la oposición de personas que dicen que el gobierno no debería inmiscuirse en la libertad de un individuo de escoger su medicación, incluso si esa elección incrementa el riesgo de enfermedad para ellos o para otros.Si un programa de vacunación reduce exitosamente la amenaza de una enfermedad, puede reducir la percepción del riesgo lo suficiente para que sea una estrategia óptima que un individuo rechace la vacunación a niveles de protección por debajo de ese óptimo para la comunidad.

Economía y política: Los críticos a la vacunación han acusado a la industria de las vacunas de falsear la seguridad y efectividad de las vacunas, ocultando y suprimiendo información e influyendo en las decisiones de política sanitaria para conseguir ganancias económicas. Sin embargo, no es menos cierto que el movimiento antivacunas logra beneficios económicos y propaganda al promover controversias sobre las vacunas, no sólo los abogados que piden altos honorarios a las víctimas de efectos secundarios y aprovechan el tirón mediático para publicitarse, sino también terapeutas alternativos y timadores que ofrecen suplementos caros y de dudosa efectividad.

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